La mayoría de catalanes no quiere ahora que Cataluña se convierta en un Estado independiente. No lo dice un cualquiera, sino el Centro de Estudios de Opinión (CEO, el CIS catalán), que esta mañana hizo públicos los datos de la tercera encuesta anual sobre el barómetro de opinión de los catalanes. A la pregunta directa de si el ciudadano quiere que Cataluña sea un Estado independiente, el ‘no’ alcanza el 45,1%, mientras que el sí se queda en el 44,9%. El resultado no deja de sorprender, ya que hace tres meses los partidarios del Estado independiente eran el 47,7% frente al 42,4% que no querían la independencia. Bien es cierto que en el primer trimestre del año, los partidarios del no a la independencia llegaban al 45,5% mientras que los partidarios del sí llegaban ya al 45,3%.
De lo que no hay duda, pues, es de que suflé secesionista, tal y como se encargan de recordar a menudo los partidos independentistas, se va desinflando. De ahí que todos reclamen la movilización permanente en las calles a fin de no perder pistonada.
En esta misma línea, también han crecido los ciudadanos que se sienten tan españoles como catalanes: hace tres meses eran el 34,5% y ahora son el 38,7%. También han crecido ligeramente los que se sienten más catalanes que españoles, pasando del 23,5 al 23,7%. Asimismo, han crecido del 5,3 al 6,2% los que se sienten más españoles que catalanes y, en cambio, han bajado sustancialmente del 28,5 al 22,9% los que se sienten sólo catalanes.
A la pregunta directa de qué ha de ser Cataluña, un 38,9% cree que debe ser unEstado independiente (en la anterior encuesta estaban a favor de esta posibilidad el 41,6), mientras que el 23,2% considera que ha de ser un Estado dentro de una España federal (hace tres meses los partidarios de esta opción eran sólo el 20,9%) y un 24,1%, que ha de ser una comunidad autónoma de España (antes apostaban por esta opción el 26,5%).
Ante este panorama, la composición del Parlamento catalán puede experimentar cambios importantes, hasta el punto de que los actuales partidos soberanistaspodrían perder la mayoría absoluta. En la actualidad, Junts pel Sí (JxS, la coalición que forman ERC y Convergència) tiene 62 diputados, mientras que la CUP tiene 10. La mayoría absoluta se sitúa en 68. Pero en unas nuevas autonómicas, según el CEO, JxS obtendría el 30,3% de los votos (en el anterior barómetro llegaba al 34,1), seguido de Catalunya Sí Que Es Pot (CSQEP, que engloba a ICV, Podemos y Guanyem), con un 15,3% (antes tenía el 16,6), el PSC, con un 10,3 (antes obtenía el 102,), Ciutadans, con un 5,5 (antes llegaba al 5,7), la CUP, con un 4,5 (antes llegaba al 5%) y el PP, con un 4% (hace tres meses su intención de voto era del 3,5%).
En juego la mayoría absoluta
Extrapolando estos datos, JxS se situaría en una horquilla entre los 60 y los 62 escaños. La CUP, en cambio, sólo lograría entre 6 y 8, por lo que la mayoría absoluta de los soberanistas no está asegurada. Ciutadans, en cambio, se mantendría en la segunda posición, aunque bajando de los 25 actuales a los 20 o 21. CSQEP, por su parte, daría el ‘sorpaso’ y pasaría a ser tercera fuerza política con 19 o 20 diputados, seguida del PSC, que bajaría ligeramente a 14 o 15 y el PP, que subiría de los 11 actuales a 13 o 14.
Otra cosa son las elecciones generales. Si se celebrasen ahora, Podemos y ERC tendrían un empate técnico, ya que la intención de voto le da a los republicanos una ligera ventaja: 20,1% frente al 19,5% del partido de Pablo Iglesias. En el anterior barómetro, las tornas estaban cambiadas y Podemos aventajaba ligeramente a Esquerra. Extrapolando los datos, ambos obtendrían una docena de escaños (en las últimas generales de julio, Podemos obtuvo 12 diputados frente a los 9 de ERC). El Partit Demòcrata Europeu (PDECAT), o sea, la antigua Convergència, sería la tercera fuerza con unos 6 u 8 diputados, seguida del PSC, con un resultado de 6 o 7; el PP, con seis; y Ciutadans con un resultado de entre tres y cinco escaños. Y ello a pesar de un considerable bajón en intención de voto de Convergència (que pasa del 9,3 al 6,7%) y un retroceso no tan importante de los socialistas, que pasan del 11,3 al 10,5 en intención de voto.
En cuanto a la valoración de líderes, el vicepresidente del Gobierno y líder de ERC,Oriol Junqueras, es el más valorado: 5,29 de media, más incluso que Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat, que sólo llega al 5,25. Ambos son los únicos políticos que aprueban. Les siguen Xavier Domènech (En Comú Podem), con un 4,99, y el socialista Miquel Iceta, con un 4,67. Por debajo, se sitúan Benet Salellas, de la CUP, con un 4,59; Anna Gabriel (CUP), con un 4,26; Lluís Rabell(CSQEP), con un 4,22; y Jaume Collboni (PSC), con un 4,04. A mucha distancia quedan Inés Arrimadas (Ciutadans), con un 2,84; Carina Mejías (Ciutadans), con un 2,26; Xavier García Albiol (PP), con un 1,96; y Jorge Fernández Díaz (PP), con un 1,58).
Fuente: El Economista
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