30 julio 2013

La imagen de Francia por los suelos debido a la oleada de robos



En China, las palabras "Francia" o "París" son sinónimos de romanticismo, y la capital francesa es uno de los destinos favoritos para pasar la luna de miel. Pero el creciente número de turistas asiáticos que han sufrido robos y atracos en Francia están haciendo empeorar la imagen que se tiene del país.

Gan Di, llevó a su mujer a Francia después de casarse. Con 27 años, pertenece a esa generación de chinos que se ha beneficiado de las reformas económicas realizadas en el país durante las últimas décadas y ahora viajan alrededor de todo el mundo. En 2012 salieron de China 83 millones de turistas. Pero su luna de miel se estropeó cuando fueron atracados en el metro, tras el susto que sufrieron, dan gracias de haber perdido solamente la cartera y el móvil.

Durante los últimos años, los carteristas de París, no pierden de vista a los turistas asiáticos, son sus presas favoritas, saben que cada vez vienen con más dinero en efectivo encima y suelen llevar encima dispositivos tecnológicos con un gran valor en el mercado. Sin ir más lejos, en abril, el personal del museo del Louvre fue a la huelga, para protestar por la invasión de carteristas que estaba registrando el museo.

Los asaltos en la capital francesa se han convertido en un auténtico problema, no hay ningún sitio donde un turista pueda estar seguro. Una banda de atracadores se ha especializado en controlar el tráfico de la A1, la autopista que une París con el aeropuerto. Su objetivo son principalmente los minibuses de turistas, si son chinos mejor. En cuanto el autobús hace una parada en un área de descanso, los ladrones aprovechan para entrar en el vehículo rompiendo las ventanas si es necesario y se llevan todo lo que pueden en décimas de segundo, muchas veces ante la mirada atónita de los pobres turistas que están descansando de su largo viaje.

La presencia policial se ha intensificado en el centro de París, aunque es muy difícil luchar contra los carteristas. Suelen ser jóvenes de países del este, muy bien entrenados para realizar su " trabajo", controlados por redes criminales que son dificiles de desmantelar, sobretodo porque suelen utilizar a adolescentes sin documentos que acrediten su identidad. Siendo menores de edad, son puestos en libertad a las pocas horas de ser detenidos.

Además los turistas como Gan Di, ni siquiera suelen poner denuncias. La comisería de policía más cercana a la Torre Eiffel suele registrar solamente entre 60 y 80 denuncias al mes. Según declara Serge Leduc, jefa de seguridad en el Louvre, " los turistas normalmente vienen con touroperadores y simplemente no disponen de 2 horas o más para gastarlas con la policía".

Ante la desesperación muchos turistas han optado por lucir camisetas llamativas con la inscripción " I only have a credit card" ( solamente llevo encima la tarjeta de crédito).

El aumento de incidentes, ha elevado la tensión entre los dos países. En junio seis estudiantes chinos que acudían a un prestigioso curso de enología cerca de Burdeos, sufrió un ataque de extremada violencia. Esto aumentó considerablemente el sentimiento anti-francés que está propagándose en China, afectando incluso a las exportaciones de vino Francés, tan apreciadas por el consumidor chino.

La oficina de turismo de París, dice que no ha notado una disminución de turistas a pesar de la oleada de robos. Además apunta que según sus cálculos, con el auge de los países emergentes, se espera que el número de turistas aumente en 10-15 millones más, y esto lejos de ser una buena noticia representa un gran problema, ya que simplemente la ciudad no tiene capacidad para garantizar la seguridad de todos ellos.

Las conclusiones a las que llega la policía van en la misma dirección. Los hoteles del centro de la ciudad están desbordados, y la seguridad en los suburbios no está garantizada, debido a la escasez de medios.

Fuente: The Guardian

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